Sin lugar a dudas, la elaboración de portafolios
resulta una herramienta fundamental para el quehacer docente, sin importar si
éste se realiza de manera física o electrónica, ya que en el caso de los alumnos
permite evaluar su proceso de aprendizaje y el desarrollo de las habilidades
que se pretenden lograr en ellos; y en el caso de los docentes pretende
evidenciar el trabajo realizado en el aula mostrando el diseño de estrategias,
el uso de herramientas y el trabajo formativo que va adquiriendo el docente a
lo largo del ciclo escolar y del paso del tiempo.
En la era globalizada en la que
vivimos, cada día resulta más importante actualizarse, hacer un uso eficiente y
eficaz de la tecnología, buscar para sí mismo las herramientas y recursos más
atractivos, innovadores y útiles para lograr que nuestros alumnos se sientan
atraídos por crecer integralmente y despertar en ellos la creatividad y las
habilidades que los lleven a mostrar sus capacidades a través de la elaboración
de productos diversos. Pero sobre todo, que el trabajo realizado, no sólo se
quede dentro de las cuatro paredes del aula, o dentro del plantel educativo;
sino que toda esta información pueda evidenciarse e intercambiarse en un sector
más amplio para lograr una verdadera retroalimentación.
El guardar, clasificar y exponer las evidencias de trabajo permitirá tener una visión panorámica y objetiva de las acciones que están resultando efectivas para darles seguimiento; y al mismo tiempo, identificar aquellas que requieren una atención inmediata para modificarlas y lograr mejores resultados. Éste es, en mi caso, el inicio de una grata experiencia formativa que permitirá mi crecimiento dentro de mi labor docente.
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